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En debut del novillero Julio Ventura, priva espada la tarde triunfal en Mérida




Mérida, Yuc., sábado 12/10/2024.- En una tarde plena de recursos, calidad y afición desbordante por parte de los tres novilleros alternantes, Eduardo Neyra y el debutante yucateco Julio Ventura, fueron los mejor librados del festejo inaugural de la temporada taurina en Mérida, tras sendas vueltas al ruedo, velada en la que las fallas con la espada dejaron al público con un palmo de narices para poder hablar de un festejo pródigo en trofeos.

Al conjuro del primer festejo del serial, los aficionados coparon poco menos de media plaza para observar un cartel que prometía en el papel y que al final cumplió expectativas con dos novilleros recién desempacados de España y un debutante yucateco que supo estar a la altura, derrochando una afición que no le cabe en el cuerpo.

Con el novillo que abrió plaza, Eduardo Neyra, gustó el de su presentación ante la afición meridana. El duranguense, con percha de torero se gustó con el capote toreando a la verónica y en el quite por tafalleras, para dar  paso a una faena templada. El astado, con calidad en sus embestidas, pero con tendencia a salir suelto, puso a prueba al joven coleta, quien lo sujetó para hacerle faena en el centro del redondel, destacando varias tandas con la sarga en la mano derecha y también al natural, con el temple como bandera. Una pena los dos pinchazos.

Con su segundo, el más hecho del encierro, que tuvo calidad y transmisión, el duranguense anduvo resuelto, toreando con temple, despaciosidad y regusto. Destacados fueron los muletazos por derecha y sobremanera los naturales, algunos de ellos deletreando el toreo, para dar cuerpo a una faena artística y de buenos cimientos, redondeada con largos trazos con la sarga poniéndose de hinojos, labor malograda con la espada.

Bruno Aloi, quien se llevó fuerte susto al abrirse de capanso, caer en la cara del astado, por fortuna sin consecuencias, anduvo con prestancia y torería. Un dechado de recursos, temple y valor sereno, por lo que metió en vereda al novillo de medias embestidas, al que terminó por hacerle faena en palmo de terreno, citando con muleta retrasada y sacando de la chistera muletazos de buen trazo, siempre acortando terrenos, levantando pasiones en los tendidos. Una lástima el pinchazo y la estocada contraria que le privaron de tocar pelo, retirándose ante el reconocimiento popular.

Su segundo tuvo calidad, pero poca fuerza por lo que no fue suficiente para redondear faena. Anduvo resuelto el capitalino, quien al final, en un exceso de confianza terminó  por los aires en dos ocasiones, salvándose milagrosamente de la cornada.

Con el de regalo, en medio de una lluvia pertinaz y un astado que regateó embestidas y se escupía de la suerte por lo que poco se prestó para el lucimiento, anduvo voluntarioso, aunque al final poco hubo para contar en casa.

Con una afición que no le cabe en el cuerpo, el novillero yucateco Julio Ventura cayó de pie ante sus paisanos la tarde de su debut en el albero meridano. El novillo, con calidad, pero muy medido de fuerza, no fue óbice para que el novel coleta diera rienda suelta a una faena plena de entrega, con aires de frescura con adornos oportunos ante el contento general. Mató de estocada caída, retirándose con el lleno reconocimiento de sus coterráneos, desde las alturas.

Con el sexto no fue menos. El astado, con nobleza y calidad por ambos lados fue un gran colaborador para una faena de subido nivel, con muletazos plenos de temple y largueza por derecha y sentidos naturales que calaron hondo entre los aficionados. De destacarse lo hecho por el joven coleta yucateco que lució como si tuviera una veintena de novilladas en el cuerpo, cuando apenas se empieza a abrir camino. Ventura gustó y lució con su variedad en banderillas, unas a paso de soldado en pleno acto de innovación y con la muleta dejándose ver con adornos de buen gusto del agrado de sus exigentes paisanos. Un desfortunio sus yerros con la espada. Ahí hay un torero.- Cortesía de JAD/Podio Noticias

 

 

Primer festejo de temporada: Entrada, poco menos de media plaza. Novillos de La Guadalupana, justos en presentación, con calidad, destacando el cuarto por su presencia y calidad.

Toros por orden de lidia: 8-422; 36-419; 24-380; 4-410; 9-360;  10-425; 27-350).

Eduardo Neyra: (Azul pavo y oro: al tercio y vuelta tras aviso)

Bruno Aloi: (Salmón y oro: ovación tras leve petición; silencio y con el de regalo, un aviso)

Julio Ventura: (Grana y oro, cabos negros: palmas y vuelta)

Incidencias: El picador Eduardo Chan sufrió un tumbó en el quinto de la tarde. El juez de plaza Ulises Zapata, sin problemas en el biombo de la autoridad.